En un espacio tan reducido como un ascensor hay algunas normas de urbanidad que conviene observar. No trataremos el tema de las conversaciones en las que podemos participar (el tiempo es el tema estrella), sino de los comportamientos para conseguir que el trayecto, generalmente corto, resulte más agradable.
1.- Antes de entrar, dejar salir. La medida más evidente es, sobre todo, un asunto práctico, ya que el ascensor suele ser un espacio pequeño y, si no se respeta esta norma, puede que los del fondo lo tengan difícil.
2.- Llenar primero el fondo del ascensor. Cuando entramos en un ascensor, debemos dejar suficiente espacio para el resto de los ocupantes. Si tenemos que bajar en un piso próximo, podemos situarnos discretamente al lado de la puerta.
3.- Salir en orden. La primera persona en salir es la que se encuentra más cerca de la puerta. También es quien se encarga de mantener abiertos los batientes de la puerta, si los hay.
4.- Precedencia de entrada o salida. En un ascensor no es necesaria la cortesía por razón de género o edad, ya que lo importante es evitar embotellamientos innecesarios. Solo si el espacio lo permite, está bien visto dejar pasar a las mujeres y, después, a los hombres de más edad. Ante la duda, aplicar la recomendación del punto anterior.
5.- Dejar libre la salida. Si nos hemos quedado delante de la puerta en un ascensor que va lleno, tendremos que bajar en cada piso, aunque no sea nuestro destino final, para facilitar la salida de quienes se hayan quedado atrapados al fondo. Naturalmente, en cuanto hayan salido, seremos los primeros en volver a entrar.