Una de las zonas de nuestro cuerpo que está más expuesta a la suciedad y la agresión externa es el cutis. La cara es nuestra carta de presentación, nuestra señal de identidad, aquello que los demás ven primero. Y si, cómo dice el refrán, “la cara es el espejo del alma”, deberíamos cuidarla especialmente. Un cutis luminoso es un cutis saludable.
La publicidad nos bombardea constantemente con productos cosméticos y (supuestamente) farmacéuticos para el cuidado de la piel, en especial, la de la cara. Pero existen sencillos tratamientos naturales que devuelven al cutis vigor y elasticidad.
Las mascarillas son de gran ayuda para mantener el cutis sano. Una mascarilla es una capa de productos, generalmente pastosos, que se aplica sobre la cara, el cuello o el cabello. La siguiente mascarilla de yogurt, miel y limón sirve para limpiar y dar elasticidad a la piel de la cara.
Los ingredientes que vamos a necesitar para realizarla son: una cucharada de yogurt natural, una cucharadita de miel y diez gotas de limón. Los mezclamos bien y seguimos estos pasos:
1.- Aplicar la pasta en la cara con una brocha. Hay que tener cuidado y dejar libres los ojos, los parpados y los labios.
2.- Presionar con una toalla en la cara hasta que la mascarilla penetre y se absorba.
3.- Dejar transcurrir unos 45 minutos. Después, retirar los restos de la mascarilla con un pañuelo de papel.
Repetir el proceso, al menos, durante tres días. Si lo hacemos bien, la piel se tensa, los tejidos de la cara se reafirman (el famoso “efecto lifting reafirmante”), las células de la piel se nutren e hidratan, se eliminan células muertas y se estimula la producción de otras nuevas. Vamos, lo que nos cuenta la publicidad, pero mucho más barato. Y natural.