jueves, 26 de febrero de 2015

Pequeños gestos ecológicos

Queremos vivir en armonía con el medio ambiente, disfrutar en sociedad y estar tranquilos en relación con la naturaleza; pero vivimos en una época peligrosa para ella, en la que los humanos la dominamos... y la maltratamos.

Podemos ayudar a la Naturaleza de muchas formas. Por ejemplo, bebiendo menos bebidas enlatadas. Su fabricación requiere un fuerte consumo de energía y las latas tardan mucho tiempo, demasiado, en desintegrarse.

"Todos a una"

Evitaremos, también, comprar alimentos presentados en bandejas no reciclables. La carne o la fruta, por ejemplo, no necesitan ir preparadas en bandejas de este material.

Muchos de nosotros utilizamos papel de periódico y cartones. Los llevamos a las empresas que se dedican a su recogida y los reciclan; igual pasa con los muebles viejos y con el vidrio.

A favor de todos: compramos sólo la cantidad de barniz y pintura que necesitamos, únicamente la que vayamos a utilizar.

Los vehículos a motor están entre las mayores causas de contaminación del aire, el suelo y las aguas. Pero hay talleres en los que el aceite se recicla. Cuando tengamos que cambiar el aceite vamos a procurar llevarlo a estos sitios.

Como humanos pensamos razonablemente, pero ¿por qué actuamos insensatamente? Muchos pequeños gestos, sumados, pueden hacer una gran diferencia.


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lunes, 9 de febrero de 2015

El pescado en la cocina

Hay pequeños trucos y técnicas que ayudan a que nuestras sabrosas recetas nos salgan aun más redondas. Hoy le toca el turno a un alimento indispensable: al pescado.

Cuando vamos al mercado o a la pescadería podemos elegir entre comprar pescado fresco o congelado. Si nos decidimos por el pescado fresco es conveniente saber que:

• El pescado debe tener los ojos brillantes y en ningún caso puede tenerlos hundidos.

• Las branquias deben tener un color rojo intenso y la carne debe estar dura y blanca.

El pescado en la cocina

• El pescado debe oler a mar, a agua salada. En ningún caso es aceptable que huela mal.

• Las escamas tienen que estar bien adheridas a la piel y no deben saltar con demasiada facilidad al rascarlas con un cuchillo.

• Vamos a rechazar el pescado que esté triste y mortecino, pues es un claro síntoma de que empieza a estar pasado.

Ahora vamos a cocinarlo:

• Si asamos sardinas y no queremos que huelan mientras se están asando o friendo, las dejamos media hora en un plato con leche antes de ponerlas al fuego.

• Si deseamos descongelar merluza o cualquier otro pescado, lo cubrimos de agua fría abundante y con dos o tres cucharadas soperas de sal, durante una hora más o menos, hasta que esté blando. Luego lo lavamos bajo el grifo y lo secamos después.

• Si queremos que las cigalas formen parte de nuestro menú con éxito, no debemos comprarlas congeladas porque pierden su característico aroma, absorben olores, y su carne, que es muy frágil, se vuelve algodonosa. Las cigalas son un producto para comprar y cocinar en poco tiempo.

• Para desalar bien el bacalao hacen falta 48 horas. Cuando haya pasado 24 horas en remojo, cambiamos el agua por leche y añadimos a la fuente medio diente de ajo.

• Para que el bacalao al pil pil tenga su punto lo salpicamos con el agua usada para escaldardo: mojamos la mano en el caldo que dejó el bacalao al escaldarlo (más fría, claro está) y luego salpicamos dos o tres veces en el pil pil.

Y acabamos con un postre: el pastel perfecto. Para que en un pastel con frutas confitadas y pasas los frutos no queden en la base y se distribuyan por todo el pastel, los bañamos en licor y los rociamos con harina antes de incorporarlos a la masa. Así se mantendrán estables y le darán un punto diferente al pastel.


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