La respuesta al título está en el control del consumo. Hoy vamos a reducir los gastos de energía y agua:
• Antes de la llegada del frío, comprobamos el aislamiento de ventanas y puertas para evitar un escape de calor. Nos vamos a poner una meta para el próximo mes, que los recibos sean bastante más bajos.
• Podemos reducir muchísimo los gastos de calefacción si instalamos termostatos y ponemos detrás de los radiadores papel de aluminio; su rendimiento será más eficaz.
• Si tenemos un grifo que gotea, además de hacernos pasar una mala noche, puede hacer que se pierdan alrededor de 1000 litros de agua al año. Debemos llamar a un fontanero para arreglarlo, a no ser que seamos unas manitas.
• En la cocina podemos volver a las servilletas de tela, así ahorramos en papel. La ecología y nuestro bolsillo nos lo agradecerán.
• Debemos cerrar la ducha cuando nos lavamos la cabeza, así ahorramos en sólo dos minutos entre diez y veinte litros de agua.
• Las moquetas y las alfombras evitan que el calor se pierda por el suelo. El corcho es otro aislante que ayuda a guardar el calor, y no es caro.
• El vidrio es un elemento de los que podemos sacar más provecho, las botellas de este material puede reciclarse hasta ochenta y cinco veces ¡Nada menos!
• Si en la cocina tenemos placas eléctricas para cocinar, debemos tener en cuenta que el calor residual de la placa, una vez apagada, puede ayudarnos a acabar el guiso; así ahorramos energía.
• Debemos utilizar, en los fogones, siempre recipientes que tapen todo el fuego, así no se escapa el calor.
• Y las luces..., en el mercado hay diferentes marcas de bombillas de larga duración y bajo consumo. Son más caras, pero se amortizan mucho antes.
Todos estos consejos, además de ayudar a nuestro bolsillo, colaboran con el medio ambiente. Tenemos más, para otros artículos.