Recuerdo un día de primavera, sentada viendo pasar los coches en la carretera, entre ella y yo un espacio de tierra y hierba... y allí, una lagartija moviéndose nerviosamente, inspeccionando la tierra y las piedras. Parece que los arbustos ya no tienen ningún misterio para ella y los ignora.
La veo cercana; si no me muevo, sigue su camino sin esconderse. Se caracteriza por ser un reptil escamoso, como las iguanas, las serpientes y los lagartos.
Medirá de 5 a 6 centímetros de largo, desde la cabeza hasta el comienzo de la cola. Creo que es un macho por la medida, las hembras no superan los 5 centímetros.
La cola de las lagartijas es peculiar: puede llegar a medir hasta 10 cm de longitud. Cuando el animal se siente en peligro mueve la cola, frenéticamente, para atraer la atención del atacante y así proteger sus zonas vitales (cabeza, tronco...); la desprende de su cuerpo y sigue moviéndose, hasta media hora, gracias a que posee un complejo sistema de control neuromuscular.
La pérdida de la cola también tiene consecuencias negativas para la lagartija: afecta a su capacidad de locomoción y la hacen más susceptible a la depredación. Tiene también repercusiones para su comportamiento social.
Podemos distinguir un macho de una lagartija hembra, además de por su longitud, por su cabeza, más triangular y de escamas más grandes y vistosas. El macho tiene las patas más largas.
Según la zona en la que el reptil habita, su coloración es verdosa-pardo, incluso puede variar de ejemplar a ejemplar. Puede tener color rojizo en la zona de la cabeza y el dorso, en ocasiones, pero casi siempre tienen dos bandas laterales bien marcadas de color amarillento, más en las hembras que en los machos. El pecho de la lagartija es plano, de color amarillento y menos escamoso que el resto del cuerpo. Caza, escondida entre las rocas, pequeños insectos con la lengua.
Habita en toda la Península Ibérica, exceptuando las zonas de montañas altas. Generalmente en terrenos rocosos donde puede encontrar un lugar donde tomar el sol durante todo el día y ocultarse por la noche. También podemos encontrarla en zonas urbanas, en los muros de las casas.
En los meses de marzo a julio vemos mayor cantidad de lagartijas por ser el periodo de celo. Los machos se pelean por quedarse con la hembra y alejar a sus competidores. La cópula entre macho y hembra puede durar más de una hora. La hembra puede poner hasta 5 huevos que incuba el calor del sol durante 40 días.