Este es un buen ejercicio para todos los que tenemos una ligera inclinación crónica hacia delante. El estiramiento de los músculos del pecho, a menudo reducido en muchas personas y encogidos, permite enderezar la parte superior de la espalda, abrir el pecho y descargar la nuca. Así llenamos nuestro cuerpo con más oxigeno, facilitando la respiración fluida y recargándonos de energía vital.
Podemos realizar este ejecicio incluso en el trabajo, sobre todo como descarga de tensiones si trabajamos sentados delante de un ordenador o escribiendo, nuestros hombros estarán muy agradecidos de que nos acordemos de ellos.
Antes de realizar el ejercicio mantenemos la cabeza, el cuello y la espalda erguidos y relajados, flexionamos ligeramente las rodillas. Para hacer este ejercicio correctamente nos sentamos erguidos y cruzamos las manos tras la espalda.
Dejamos caer hacia abajo los hombros y los brazos al mismo tiempo, mientras nuestra respiración continúa relajada.
Para terminar realizamos círculos con los hombros, hacia delante y hacia arriba, hacia atrás y hacia abajo, estiramos los hombros hacia atrás y hacia abajo cuanto podamos, hasta que dejemos de sentirnos relajados.
Sentimos durante unos momentos el estiramiento de nuestros hombros y disfrutamos la sensación de espacio en nuestro pecho.