Los cactus de interior - Plantas

domingo, 6 de marzo de 2011

Los cactus de interior



Las diferentes especies de cactos (o cactus) son egoístas y quieren ser tratadas de distinta forma. Si no sabemos bien qué clase de suelo requieren nuestros cactos, se deberán regar con agua de lluvia o con agua hervida como medida de precaución. Lo ideal sería un valor pH (grado de acidez) de cinco a seis.

Los cactos de hoja, el de junco, y los de hojas articuladas como el cactos de Navidad, el de Pascua, etc., se dan concretamente en humus, por lo que no soportan ningún agua calcárea. Agradecen también una nebulización matinal pues su necesidad de humedad es mucho mayor que en otros.


Tampoco debemos dejar que la tierra de sus raíces se seque nunca del todo. Ningún cacto soporta un exceso de agua, pero tampoco debe tener nunca seca la tierra en sus periodos de crecimiento y floración durante mucho tiempo. Clavando un palillo en la maceta sabremos si el cacto tiene la tierra mojada o si por el contrario necesita agua.

Los cactos soportan largos periodos de sequía pero no les gusta pasar hambre. En su época de crecimiento y floración hay que emplear abonos para cactos, siguiendo las indicaciones del paquete y hacerlo durante un tiempo.

Si un cacto de interior no quiere florecer no suele ser por falta de atención, sino por haber pasado un invierno con demasiado calor. Los cactos, después de su periodo de desarrollo y florecimiento, necesitan tomarse un descanso, pasar sed y estar en sitio fresco (de dos a seis grados sobre cero).

Entre los parásitos de los cactos de interior están el pulgón lanígero, la cochinilla, y el pulgón pringoso. Se les combate ya sea con algún preparado recomendado por el especialista o con el remedio casero, pero no por ello menos eficaz: disolvemos en un litro de agua diez gramos de jabón verde de Castilla (no alcalino) y con una brocha enjabonamos los cactos.


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