No es fácil adoptar una postura correcta. Vamos a practicarla siempre que nos sea posible delante de un espejo grande. Nos sorprenderemos al observar cuanto cambia nuestro cuerpo adoptando una postura correcta.
Debemos prestar especial atención a nuestra espalda, antes de cada ejercicio vamos a realizar estiramientos, para ello tensamos la musculatura de vientre y espalda.
Nos ponemos de pie y de lado delante de un espejo. Colocamos los pies aproximadamente a distancia de las caderas y paralelos entre sí. Las puntas de los pies miran hacia adelante. Flexionamos las rodillas ligeramente, para aliviar la corrección de la pelvis.
Comprobamos nuestra postura en el espejo. Decidimos la posición de la pelvis: a menudo la pelvis se inclina hacia atrás o se vuelca hacia delante. Vamos a colocar la pelvis en situación neutral, después, tensamos el vientre y el suelo pélvico, mientras el ombligo lo aflojamos hacia adentro, en dirección hacia la columna vertebral y tiramos un poco hacia arriba. El hueso de la pelvis queda mirando hacia arriba.
Mantenemos la cabeza en línea recta. Practicamos poniéndonos en línea recta con la pared, apoyando la espalda. Presionamos la parte posterior de la cabeza contra la pared y dirigimos la mirada hacia adelante. La cabeza se inclina hacia adelante o hacia atrás, pero el cuello permanece en una posición neutra.