La sociedad anónima - Economía

domingo, 23 de septiembre de 2012

La sociedad anónima



Cuando hablamos de los tipos de empresa el día 18 de agosto de éste año, prometimos dedicar un artículo sólo a la sociedad anónima, la más extendida de las formas jurídicas en las que una empresa puede constituirse.

La sociedad anónima es un modelo organizado que favorece, por un lado, la incorporación de capital por parte de la empresa y, por otro, la obtención de beneficios para el pequeño ahorrador. Por todo esto, el número de sociedades anónimas constituidas desde finales del siglo XIX no ha hecho más que aumentar.

Sociedad anónima

Unos documentos o títulos llamados acciones son los que dividen el capital de una sociedad anónima, representando cada una de ellas una parte de la propiedad de la sociedad. Si compramos estas partes, tantas como deseemos (o podamos), pasamos a ser accionistas de la sociedad, es decir, co-propietarios.

Los beneficios y las pérdidas de cada uno de los accionistas son proporcionales al porcentaje de acciones que tiene sobre el total de acciones de la sociedad. Nos beneficiamos según el capital que aportamos a la empresa.

En la junta general, el accionista expresa su voluntad. Esta junta decide asuntos como la aprobación de las cuentas anuales, la reinversión de beneficios, la posible modificación de estatutos o el nombramiento del Consejo de Administración, formado por especialistas que no tienen por qué ser accionistas. Cada accionista presente en la junta tiene tantos votos como número de acciones en su propiedad. Los acuerdos se toman por mayoría del capital presente en la junta (o convenientemente delegado).

Las acciones de una sociedad anónima pueden comprarse o venderse en un mercado llamado bolsa de valores. En la bolsa se encuentran aquellos accionistas que quieren vender junto aquellos que quieren comprar.


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