Las coles prefieren un suelo ligeramente alcalino, que no sea ácido, de modo que si no estamos seguros de que sea así, debemos darle una enmienda de cal antes de plantar. Las coles quieren que el suelo sea bueno y fértil, a veces crecen mejor en suelos abonados con estiércol.

Es aconsejable primero sembrar las coles en semilleros, ya que no son un cultivo de crecimiento rápido.

El segundo paso es sacar las plántulas según aparecen. Trasplantarlas con cuidado cuando alcancen un tamaño manejable.

Plantamos los cultivos grandes en su lugar definitivo un día que sea bueno y húmedo, usando un cordel como guía. Ponemos un listón que sirve de guía a las plantas que sean altas como las coles de Bruselas y el brécol. Atamos las plantas a ellos.

Los repollos que crecen en invierno pueden necesitar protección para el frío y las inclemencias del tiempo. Se pueden proteger con túneles de plástico.

Recogemos las cosechas a medida que estén dispuestas. Cortamos el repollo cuando se ha afirmado.

Después de la cosecha, hay que desenterrar las plantas. Las raíces del brécol, coliflor y repollo se deben quemar. Las hojas y tallos se pueden echar al pudridero, pero hay que cortar o machacar antes todas las partes leñosas.