El mochuelo y la lechuza - Animales

viernes, 7 de septiembre de 2012

El mochuelo y la lechuza



No debe asustarnos la nocturnidad de los mochuelos, las lechuzas y otras aves nocturnas; todas ellas son inofensivas e incluso útiles.

Estos hábitos noctámbulos han relacionado estas aves con brujas y fantasmas, y las han rodeado de misterio. Nada de eso. Las lechuzas, pertenecientes a la familia de las estrígidas, no soportan la luz del sol porque las ciega. Actúan a sus anchas a partir del crepúsculo, pero no por razones inconfesables, sino porque sus órganos visuales se adaptan mejor.


Su caza predilecta son los ratones de campo y otros pequeños vertebrados, de los cuales hacen una concienzuda limpieza. En esta familia de las estrígidas podemos citar la lechuza, el mochuelo, el búho común, el cárabo y el gran duque. Únicamente este último puede ser perjudicial para el ganado, los demás colaboran con el agricultor, librándole de pequeños enemigos.

Se calcula que una lechuza lleva a sus crías hasta cincuenta ratones en una noche, sin contar los que ella misma devora. La lechuza hace sus nidos en muros viejos, en las torres y en los desvanes: nunca en plena naturaleza.

El mochuelo, contrariamente a los demás que hemos nombrado, es una estrígida diurna, aunque prefiere generalmente practicar sus cacerías a la hora del crepúsculo.

El plumaje de la lechuza es ahuecado. Esto les hace parecer más grandes de lo que son realmente; su vuelo es silencioso; los ojos son grandes, muy móviles y su oído es finísimo.


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