Coles. Sólo siete verduras responden a esta denominación: brécol, bretón, calabresa, col de Bruselas, coliflor, colirábano y repollo; pero hay muchos tipos de repollo, tantos que podemos cultivar alguna de sus formas en la huerta durante todo el año.

Hay dos tipos de brécol, el morado y el blanco, que se parece a la coliflor. A veces se le llama coliflor de invierno. El brécol morado tiene muchas cabezas de este color y se recoge a finales de invierno, si las palomas dejan algo de él. También se recoge a principios de la primavera, una época en la que suelen faltar productos frescos de la huerta.

Su pariente la calabresa forma grandes cabezas de apretados brotes florales verdes a finales del verano y a principios del otoño. Las coliflores se pueden cultivar también todo el año, pero son las coles más difíciles de criar. Las coles de Bruselas son reconocidas y apreciadas como hortalizas de invierno. Sembrándolas en primavera temprana se cosechan en otoño.

Dos de las coles más raras que podemos cultivar son el colirábano y la calabresa. Las distintas variedades del colirábano nos permiten cultivarlo la mayor parte del año. Se come crudo en ensalada o cocido como el nabo. La calabresa es parecida al brécol pero menos rústica.

Hay muchas variedades de repollo, desde la lombarda, de color morado, a la col china que se sirve cocinada y también cruda en ensalada. Es deliciosa.