Aunque no tengamos grandes conocimientos de costura y nuestro saber sobre corte y confección sea poco, podemos ajustar una pieza al cuerpo (cuando esta ha sido cortada recta y plana) haciendo una pinza en la ropa.

Generalmente son las pinzas del busto las que tienen que cambiarse de lado ya que, por exigencias de la tela (por ejemplo, de cuadros, cenefas o estampados), a veces se rompe el ritmo del dibujo una vez cerrada la pinza.

Si es la zona del pecho se llama pinza de pecho y termina poco antes que la punta de este. Si es en el hombro, termina a la altura del omoplato (más o menos), la dirección de la pinza la fijamos nosotros, eso sí, adaptándonos a las necesidades de la tela.

Queremos transformar una pinza lateral en una pinza que parte del hombro: con la pieza de ropa descosida trabajamos en el delantero, planchando la pinza que queremos sustituir, dejándolo lo más plano posible. Trabajaremos mejor con un patrón de papel y, para que no se formen bolsas en este, prolongaremos la pinza que vamos a eliminar hasta la punta del pecho.

Si cerramos la antigua pinza o la enganchamos con alfileres de cabeza, automáticamente se nos abre la nueva pinza. La dibujamos en el papel uno o dos cm más corta para que no acabe justo en el pezón y la cosemos.