Cultivar fresas en el huerto - Plantas

viernes, 8 de abril de 2011

Cultivar fresas en el huerto



Estamos todos de acuerdo en las frase "Dios pudo haberlas creado mejores, pero no lo hizo". Cultivar las fresas, aunque divertido, no es sencillo. Son perennes y andan por el terreno. Cuando han agotado un suelo, sobre el que viven uno o dos años, reptan por él para encontrar otro lugar adecuado para echar raíces.

Las fresas son especies de bosque y al buscarles ubicación tendremos en cuenta que toleran la sombra, pero prefieren el sol y, si es posible, tener cantidad de humus. Este proviene de la descomposición de restos orgánicos, de hongos y bacterias; es de color negro, ya que contiene mucho carbono. A las fresas no les importa si los suelos son ácidos. Prosperan mejor en suelos ligeros que en arcillosos. Son una especie de clima templado que adquiere mejor sabor en climas fríos que en cálidos.


A una paleta de produndidad en el terreno que hemos elegido para cultivar las fresas, ponemos bastante abono orgánico y potasio, que les damos aplicando encima cenizas de madera o estiércol de granja proveniente de la cría de animales.

La primera vez que plantemos fresas han de ser de un proveedor de confianza. Las multiplicamos a partir de los estolones o brotes laterales, horizontales al suelo. La mayoría de las variedades de fresa dan estolones que echan raíces por sí mismos. Si colocamos pequeñas macetas de tierra cerca de la planta madre y sujetamos sobre ellas los extremos de los espolones es más seguro que separar el estolón de la planta principal, desenterrar la plantita que tiene en su extremo y trasplantarla.

Con este sistema podemos tener un nuevo fresal cada año, y después de tres temporadas levantar otro. Los nuevos se han de levantar lejos de los antiguos para evitar prolongar enfermedades.

Si el clima es suave podemos plantar y trasplantar durante todo el año, pero lo normal es hacerlo a finales de verano para recoger cosecha al año siguiente. Se colocan separadas 38 cm en hileras distanciadas 75 cm, dejando la corona a nivel del suelo pero con las raíces extendidas a lo ancho y en profundidad. Seamos generosos al regar estas nuevas plantas.

¡Ojo! con las malas hierbas en nuestro fresal, primero utilizamos la azada, luego escardamos a mano. Si la plantación se hizo entre el final del verano y comienzo del siguiente, no deben dejarse fructificar hasta el año después; durante el primer verano de las plantas se arrancan las flores. En primavera pasamos la horquilla sobre el terreno, vigilando la presencia de las babosas. Si nuestras fresas están fuertes pueden luchar contra las enfermedades y los pulgones.


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