Hace años, nuestras abuelas sabían hacer maravillas en la cocina con muy poco dinero. Uno de sus trucos era aprovechar los restos de comida del día anterior. Ahora nos toca aprender de ellas, que no están los tiempos para tirar nada. Hay varias maneras originales de confeccionar un menú para aprovechar lo que nos ha quedado de otra comida. No nos vamos a ahorrar una fortuna, pero todo cuenta. Además, este es un hábito muy recomendable.
Lo primero que hay que saber es que conviene consumir la comida sobrante, como muy tarde, al día siguiente. Para ello se deben eliminar los restos de salsa o aceite del ingrediente que se quiera aprovechar. Se guarda bien tapado en la nevera hasta que se vaya a preparar el nuevo plato.
Si nos queda algún resto de carne o de pescado después de una comida, con una bechamel podemos hacer unas sabrosas croquetas, potenciando los sabores con hierbas y especias. Para hacer la bechamel, primero se derrite mantequilla en una sartén y se le añade harina hasta que quede una salsa bien homogénea. Después vamos añadiendo leche hasta que se forme una pasta cremosa sin grumos. Se condimenta con nuez moscada, pimienta y sal. En la bechamel mezclamos la carne o pescado a trocitos muy pequeños. Con las manos siempre muy limpias, hacemos las croquetas, las pasamos por huevo primero, después por pan rallado y las freímos en una sartén con bastante aceite.
Con el pescado asado podremos elaborar un pudding. Si fuera insuficiente se añade un poco más de otra clase de pescado (puede ser blanco congelado). Se mezcla el pescado desmenuzado con media cebolla (cortada en trocitos pequeños y previamente sofritos a fuego suave con tres cucharadas de aceite), puré de patatas instantáneo y tres cucharadas de salsa de tomate. Se agregan yemas de huevo y sus claras batidas a punto de nieve (dando la sensación de una espuma blanca) y se pone a cocer todo al baño maría en un molde engrasado.
Se pueden preparar también huevos rellenos mezclando el pescado sobrante, sin espinas, una lata de atún, bechamel y yema de huevo cocido. Se rellenan las mitades vacías (la clara) de los huevos duros y se rebozan con harina y huevo. Se fríen un poco, se ponen en una fuente de horno y se cubren con salsa de tomate y bechamel. Se gratinan y se sirven.
Si nos sobra carne asada, se puede cortar en lonchas, rebozar con harina y huevo, y freír. Se sirve con patatas finas fritas al montón y salsa de tomate. Podemos elaborar también un guiso de patatas, sofrito de cebolla, zanahorias, guisantes y la carne troceada. Otra fórmula es cortar a tiras pimientos de piquillo, sofreírlo con aceite y ajo a fuego suave. Al cabo de 15 minutos podemos añadir tomate frito y la carne en lonchas. Se acompaña con dados de patatas fritas o con verduritas.
Con estas y otras ideas conseguimos beneficios económicos y ecológicos a partes iguales: ahorramos en comida y producimos menos residuos. ¿Tienes alguna receta que podamos aprovechar?