La luz solar es la mejor fuente de vitamina D para las aves de corral, y también para el ser humano. Las gallinas han adquirido por evolución la tendencia a escavar la tierra en busca de alimento, negarles éste derecho es cruel.

Todas las gallinas deberían estar al aire libre, excepto en invierno y en climas muy fríos. Guardar pollos constantemente bajo techo conduce a todas las enfermedades que actualmente sufren las aves de corral.

Las gallinas pueden obtener hasta una cuarta parte de su dieta y todas sus proteínas de la hierba fresca. Necesitan revolverse en el polvo para esponjarse las plumas y librarse de los ácaros.

Las gallinas que corren en libertad se sentirán mejor si ayudamos a su dieta con un poco de grano en verano. En invierno, como no hay hierba, necesitan un suplemento proteínico. Alimentarlas en esta época del año con harina de pescado, harina de carne, harina de soja y despojos de pescado, resuelve el problema ocasionado por la falta de proteínas.

Las gallinas deberían tener acceso desde los diez días a hortalizas frescas que, a fin de cuentas, podíamos cultivar nosotros. Si se deja a las gallinas correr, ellas mismas moderan sus raciones y no comerán más de lo necesario.

Si tenemos las gallinas encerradas, una ración equilibrada es la compuesta por 50 Kg de harina de trigo mezclada con la misma cantidad de harina de maíz y otros cereales (avena, centeno, cebada), con harina de pescado y 13,5 Kg de leche en polvo, 9 Kg de conchas marinas molidas y 2,5 Kg de sal.

Si las gallinas gozan de plena libertad, a menudo es preferible tenerlas en el gallinero hasta mediodía. Cómo suelen poner los huevos antes de ese momento, se pueden recoger recién puestos antes de dejarlas salir.