Las flores esconden tras sus formas y colores todo un lenguaje secreto. Facilitan la expresión de nuestros sentimientos. Hablan del amor y la belleza sin necesidad de utilizar las palabras. El lenguaje de las flores, trasmitido durante generaciones se convierte en un juego divertido, de simbolismos y significados.

Trasmitir nuestros sentimientos resulta a veces tan sencillo cómo regalar un ramo de Agératos, que simbolizan la eterna juventud o de Alhelíes, que representan la fidelidad. La Boca de Dragón acusa la inconstancia del que recibe, mientras que con la planta del dinero (Plectranthus australis) reflejamos nuestro sincero deseo de abundancia y éxito. El gladiolo resume un pensamiento “has herido mi corazón”, y la Azucena se identifica con la pureza y la majestad…En definitiva las flores son perfectas aliadas cuando no nos es posible expresar un sentimiento con palabras.

Las Rosas son las reinas de las flores, desde tiempos lejanos simbolizan la perfección de la belleza. Cuando la Rosa es roja indica voluptuosidad y pasión; si es blanca, candor e inocencia. Pero ojo si te regalan amarillas: alguien sabe que has sido infiel. Los Crisantemos significan impaciencia por su floración en noviembre se asocian a celebraciones funerarias, pero en su lenguaje secreto un ramo de crisantemos quiere decir “no tardes”.

La Dalia significa la felicidad que ha de venir, la Hortensia, según dice la tradición alejan el matrimonio, las margaritas son las flores de la incertidumbre, un ramo de Anémonas es un signo claro de que se desea acabar una relación, (de ahí que forme parte de las llamadas flores tristes). El Narciso significa vanidad su corola, que mira hacia el suelo, recuerda al vanidoso Narciso, ahogado mientras se miraba en un estanque. Un ramo de Narcisos revelará que en amor eres egoísta y vanidoso