La anémona es una planta vivaz de jardín que crece bien en sitios sombreados o en macetas, con tierra mantillosa y alimenticia. Su altura varía desde 8 cm a un metro. Florece de la primavera al otoño y se multiplica por división de los bulbos, esquejes de raíz o semilleros. Según la especie, nace en primavera o en verano.

La anémona, con más de 60 especies y muchas subespecies, florece en todas las zonas templadas de la Tierra. Recibió su nombre en Grecia: anémona significa viento, y él es quien esparce ésta planta por otras zonas.

Los botánicos tienen problemas a la hora de clasificar esta planta dentro de un sólo género. Hay anémonas que forman tubérculos, otras presentan solamente engrosamientos tuberculiformes en las raíces y, por último, unas terceras tienen un sistema normal propio de las plantas vivaces. Aunque secan al llegar el invierno sus tallos y sus hojas, sus raíces siguen vivas bajo tierra y vuelven a brotar en primavera. Se encasillan en tres grande grupos: flor de primavera, flor de otoño y las especies mediterráneas, que florecen en invierno como plantas de interior y en verano al aire libre.

Las anémonas de primavera resisten perfectamente el invierno. Prefieren un sitio sombreado y florecen a principios de marzo, cuando todavía no hay flores a la vista. Son una bendición para los amigos de la jardinería. La más conocida es la Flor de Viernes Santo, de bonitas flores blancas y estambres amarillos que se abren ya en el mes de marzo.

La anémona de otoño se distingue por sus espléndidas flores de colores pálidos. Proceden todas de las montañas asiáticas, de China y Japón. Si queremos que prosperen, necesitan tierra fertil y rica en humus, que nunca debe estar muy seca. Su lugar está al norte de una casa en sitios de lo más sombreados o que reciban la sombra del follaje transparente de árboles y arbustos. Las hojas tienen poco vello, sus flores son de color rosa en racimos de cinco a diez ejemplares. Se venden como variedades japonesas o "Anémonas de otoño japonesas"

Las anémonas mediterráneas proceden de la cuenca del mar Mediterráneo. A diferencia de las anémonas de otoño, desarrollan tubérculos. De esta especie es la Anemona Coronaria, cultivada por toda Europa. Su raíz recibe también el nombre de uña. Tiene hojas verdes, frescas, y flores de colores claros y brillantes. En torno a los estambres, las flores presentan un anillo, unas veces claro, otras obscuro. Para plantar sus bulbos se necesita una tierra rica en humus. Los bulbos se rompen con facilidad, por lo que hace falta tratarlos con precaución. Las protegeremos de las heladas tardías con una cubierta.