Hacer mermelada de frutas - Cultura y ocio, Economía

lunes, 15 de octubre de 2012

Hacer mermelada de frutas



La mermelada es otro método de conservar la fruta (ver conserva de frutas), aunque tiende a modificar su naturaleza aún más que el envasado. Es un modo popular de aprovechar el excedente de fruta de junio a septiembre.

La mermelada es una conserva espesa, parecida a la jalea, que se prepara hirviendo la fruta con agua y azúcar hasta que cuaja. Esto es a causa de que la pectina, una sustancia que contienen las células de la fruta, reacciona con el azúcar. Algunas frutas son ricas en pectina, como las manzanas, las grosellas rojas y negras o las uvas; otras, como las cerezas, las peras y las fresas, son más pobres. Entre estas, las frambuesas, los albaricoques, las ciruelas y las moras tienen un nivel medio de pectina.


Aunque para hacer mermelada esta se cuece, solo debe usarse fruta de buena calidad, sin desperfectos y madura. La fruta pasada tiende a perder la pectina y la fruta machacada puede cambiar el sabor de la mermelada.

La fruta se pela, se deshuesa y se parte, entonces se cuece a fuego lento en una olla añadiéndole agua si es preciso. La olla no se tapa durante la cocción. Después de que la fruta se ha deshecho, se le añade azúcar. Mejor que utilicemos azúcar granulado o de pastelería que se disuelve con rapidez. Según la pectina de la fruta, varia la cantidad de azúcar. Se debe tener en cuenta esto, además de nuestros gustos.

Es aconsejable calentar el azúcar en el horno antes de añadírselo a la fruta y procurar que esté bien disuelto antes de volver a hervir la mermelada hasta que cuaje (lo hace a 104ºC).

Para ver si la mermelada ha cuajado, se inclina la cuchara, cuando se desprende en goterones anchos está bien cuajada. O bien, se deja enfriar un poco de mermelada en un plato frío. Si forma una membrana, está cuajada. Le añadimos un poco de mantequilla para quitar cualquier resto.

Llenamos los frascos hasta el borde y colocamos encima un círculo de papel encerado. Humedecemos una cubierta de celofán, se extiende sobre la boca del frasco y la sujetamos con una goma. Si la mermelada está aún caliente y el celofán se ha mojado antes, cierra herméticamente. Guardamos los frascos en un lugar fresco y seco hasta que se necesiten.


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