Los líquenes, entre hongo y alga - Naturaleza, Plantas

domingo, 11 de septiembre de 2011

Los líquenes, entre hongo y alga



Sobre las rocas y sobre las cortezas de los árboles se dejan ver, con frecuencia, manchas de un color amarillento o blanquecino. En la mayoría de los casos están formadas por una especie de láminas con bordes más o menos recortados. A través del microscopio se presentan como una finísima red construida por elementos con forma cilíndrica. Son los líquenes.

Los líquenes, como hongos que son, poseen gran capacidad de absorción y conservación de la humedad atmosférica. Pero, al mismo tiempo, también son algas y, por lo tanto, están provistos de clorofila que les permite asimilar el carbono y, con él, elaborar las sustancias orgánicas que alimentan a los dos.


El beneficio es mutuo: la parte hongo proporciona sustancias disueltas al alga y ésta las elabora para el hongo. Los dos seres no podrían vivir por separado. El hongo por falta de clorofila, el alga por falta de humedad. Pero juntos realizan una perfecta simbiosis.

Constituyen un ejemplo manifiesto de cómo la unión hace la fuerza. Y una fuerza tal que son capaces de sobrevivir sobre las rocas desnudas y en los troncos secos de los árboles. Son de la pocas especies que, juntas, se arriesgan a escalar hasta las altas cumbres de las nieves perpetuas. También hacen posible la existencia de fauna en la desolada tundra, sirviendo de alimento a los animales de aquellas latitudes.

Entre las numerosas especies de líquenes están las Roccellas, que se asoman con predilección a las costas cálidas del Mediterráneo y del Atlántico. De ellas se extraen materias colorantes tan útiles como el tornasol.

El llamado liquen de los renos abunda en las tundras heladas de Escandinavia y, como su nombre indica, sirve de pasto a esos magníficos animales.

El liquen del maná crece sobre el suelo y se fragmenta en diminutas bolitas que ,en alas del viento, se depositan sobre las estepas y desiertos de África septentrional y del Asia Menor, donde sirve a los pastores como alimento. También llega a servir de alimento y medicina el liquen de Islandia, que crece sobre el suelo en regiones árticas y en las altas montañas.

El liquen de los muros, de color amarillo vivo, se apodera de los árboles y rocas hasta llegar a desmoronarlas por medio de una acción físico-química lenta, pero incontenible. Es peligroso cuando se instala en los muros de viejos edificios, ya que es capaz de provocar un derrumbamiento.

Las barbas del capuchino, de un verde pálido y ramitas colgantes que alcanzan hasta setenta centímetros de longitud, aparecen con frecuencia en las ramas muertas de los árboles.


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