Han pasado los meses fuertes del verano, el sol de julio y agosto ha dejado huella en nuestra piel. Sin embargo, además de un bonito bronceado, en algunos casos aparecen manchas desagradables de diferente color. Nuestra piel va perdiendo el bronceado del verano; cuando empieza a desteñirse es cuando más se ven las manchas de la piel. Vamos a ponerle remedio.
Con una cucharadita de vinagre de manzana, una cucharada de zumo de limón y dos cucharadas de agua del grifo hacemos una mezcla. Utilizamos los dedos de la mano para trabajarla hasta que se convierta en un ungüento para aplicar en las zonas donde la piel esté manchada. Nos extendemos la mezcla con un algodón y notaremos como estas se aclaran un poco y se verán menos.
Se acerca el cambio de tiempo. El frío hace que la piel sufra un poquito. Pasamos del verano, en el que el sol ha castigado nuestra piel, al frio del invierno. Suerte que entre estas dos estaciones del año tenemos el otoño, que nos permite preparar nuestra piel para el frío del invierno con cremas cosméticas y remedios naturales.
Es importante que no utilicemos jabones ni desodorantes agresivos. Muchos jabones resecan la piel, pero existen productos naturales que nos ayudan sin dañarla. Para revitalizar nuestra piel dañada por efecto del sol del verano, por la grasa o porque es muy seca, preparamos con plantas medicinales, hierbas y un poco de alcohol una loción que nos va a ser muy útil:
Mezclamos en un tarro grande con alcohol la pulpa de un limón y su corteza picada, una zanahoria cortada a rodajas y le añadimos 2 pizcas de espliego o lavanda, dos pizcas de tomillo, un pellizco de árnica y dos pizcas de romero, movemos siempre utilizando una cuchara de palo dos veces al día y, al décimo, colamos la mezcla y guardamos el líquido en una botella.
Después de la ducha, nuestro cuerpo nos agradecerá aplicar la loción que hemos obtenido con un masaje.