Mucho ojo con el cristal - Hogar y bricolaje

sábado, 4 de mayo de 2013

Mucho ojo con el cristal



Cuando vayamos a manejar este material conviene que actuemos con precaución para evitar accidentes. Sabemos que un cristal puede convertirse en un arma peligrosa si se rompe. Para evitar cualquier tipo de riesgo conviene que trabajemos con atención y conozcamos nuestras limitaciones.

Para trasladar cristales de gran tamaño nos es muy útil un artilugio que consiste en un listón con una hendidura para colocar el cristal y una cuerda para poder llevarlo. Si queremos proteger el cristal al apoyarlo y que no se rompa, es necesario ponerle un protector.

Ojo con el cristal

Si queremos que los cristales nos duren, evitemos dar golpes fuertes al cerrar puertas y ventanas. Procuremos no instalar el aire acondicionado sobre los cristales, pues los cambios bruscos de temperatura pueden fracturarlos. Unos topes en las puertas evitaran que se rompan por culpa de una corriente.

Lo más correcto será usar guantes siempre para manipular los cristales, si no los tenemos debemos protegernos las muñecas con un pañuelo y utilizar trozos de papel para agarrar el cristal. Si queremos agarrar un cristal de cierto tamaño, debemos poner una mano en la parte inferior del vidrio. Con la otra mano debemos sujetar cerca del extremo superior e inclinar después con cuidado la parte plana del cristal hacia nuestro cuerpo.

Cuando apoyemos un cristal en una superficie conviene poner unos trozos de papel o de cartón; así no se deteriora y lo aseguramos para que no resbale.

Para limpiar los cristales podemos utilizar agua y amoniaco antes del limpiacristales, así nos aseguramos de quitar la grasa. Si no tenemos un buen limpiacristales podemos hacer uno con alcohol y amoniaco a partes iguales, diluidos en agua.

Ojo con la bayeta que utilizamos, ya que algunos tejidos sueltan pelusa. Especialmente recomendables son los trapos de lino. Un papel de periódico arrugado también abrillanta el cristal. Para conseguir una limpieza más profesional podemos familiarizarnos con la regleta; con menos esfuerzo trabajamos mejor.

Sea como sea, debemos trabajar sin forzar la postura y conservar en buen estado los instrumentos para limpiar los cristales. Por último, recordar que, desde hace algún tiempo, ha cobrado importancia la recogida del vidrio para su reciclaje.


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