Si se ha optado por criar ovejas o se tiene un rebaño, uno de los puntos decisivos es elegir cuándo y cómo aparearlas.
Es mejor seleccionarlas antes del apareamiento, es decir, separar las reses que de puro viejas ya han perdido los dientes. Una oveja con todos los dientes, que tenga ocho incisivos en pie, debe tener ya cuatro años y tres crías. Puede sobrevivir uno o dos años más, o no, según el estado de su dentadura.
En climas fríos, las ovejas se aparean generalmente en otoño.
Antes de reunir el carnero con las ovejas se han de tener en pastos muy deficientes durante unas semanas, para después llevarlas a pastos muy abundantes. Se lleva entonces el carnero; las ovejas se juntaran una a una con éste en rapidísima sucesión y no resultará una temporada de pastos muy dilatada.
En la temporada de apareamiento, un carnero puede cubrir hasta sesenta ovejas. El periodo de gestación dura hasta 147 días.
Hay quienes tratan de hacer parir a las ovejas muy pronto para alcanzar el primer mercado de cordero, pero no se recomienda a menos que tengan alimentación abundante y los partos se produzcan bajo techado. Los corderos nacen a finales de febrero o en el mes de marzo.