El maquillaje puede hacernos parecer más jóvenes. Aplicando los productos con líneas ascendentes, difuminando la sombra de los ojos hacia arriba, peinando las cejas hacia arriba y hacia afuera... Si la comisura de los labios está ligeramente caída, se puede corregir con la barra.

Escogemos el color de maquillaje que sea más parecido a nuestra piel. Si nos gustan los tostados, siempre podemos matizarlos con el colorete y con polvos. Con nuestro estilo propio. En nuestro tocador procuramos que la luz sea blanca y potente. Lo más adecuado son focos dispuestos a lo largo del marco del espejo, como si estuvieramos en un camerino.

Si nos invitan a una fiesta y llevamos el traje con los hombros descubiertos o queremos lucir un escote perfecto no debemos olvidarnos de maquillarlos y aplicar polvos mates después. Es muy feo cuando se ven diferencias entre el cutis y el resto del cuerpo.

Nuestra cara puede reflejar tanta luz como las joyas más exclusivas. Depende de la base del maquillaje que usemos (polvos o fluido) podemos conseguir este efecto. Sobre todo, debemos tener presente la frase de la diseñadora Coco Chanel: "la moda pasa, el estilo continua", para el triunfo estético.

No somos modelos, somos personas que, con un poco de habilidad y cuidados de la piel, vamos a poder sacar el máximo partido a nuestro rostro;

• Si es cuadrado, nos ponemos el maquillaje más obscuro en las sienes y en la mandíbula; además utilizamos una barra de labios suave y no abusamos del eye-liner.

• Si nuestra cara es redonda, podemos corregir la forma aplicando un tono más obscuro desde las sienes hasta la barbilla. Aplicamos el colorete verticalmente y dibujamos los labios en forma de corazón, todo con tonos pálidos y fríos.

• Si tenemos el rostro alargado, aplicamos polvos de color tostado en la barbilla y en la frente. Nos ponemos el colorete de forma horizontal, sin utilizar tonos que endurezcan nuestra expresión.