Nuestra imagen al teléfono - Vida social

domingo, 30 de octubre de 2011

Nuestra imagen al teléfono



Cuando hablamos por teléfono debemos dar una imagen que se rige por las normas de siempre, de toda la vida, aunque éste sea un teléfono móvil. Si hablamos con nuestros amigos no es necesario seguir ninguna norma especial de cortesía, ellos ya nos conocen y tienen una imagen de nosotros. Pero si llama un cliente a nuestra empresa, si es una oferta de trabajo o hablamos con esa persona por primera vez, nos la jugamos.

Al descolgar el teléfono, saludamos con amabilidad y nos identifcamos. Después, atendemos a la persona que hay al otro lado de la línea. Allgunas empresas utilizan estas pautas para demostrar un mayor compromiso por parte del empleado hacia ellas y para que el cliente se sienta atendido de manera personalizada.


Si reconocemos a quien está al otro lado de la línea, no lo identificaremos inmediatamente, sino que preguntaremos por él o por ella, en caso de que conozcamos a nuestro interlocutor. Pero si no es con quien queremos hablar, después de saludar, preguntamos por la persona que nos interesa.

Siempre tenemos que identificarnos, primero con el nombre y después haciendo referencia a la empresa o institución a la que representamos. Si la persona por la que preguntamos no está, preguntaremos a qué hora puede estar disponible. Si solo es en ese momento que está ocupada, nos interesaremos por si podemos llamar más tarde.

La conversación debe finalizarla, por norma, la misma persona que la ha comenzado. En todo caso, hay que despedirse aplicando las mismas normas de corrección y cortesía que usaríamos en una conversación presencial.


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