Cuando hay dificultad, más o menos habitual, para digerir correctamente los alimentos, podemos decir que una persona padece una mala digestión o dispepsia. El aparato digestivo no funciona bien y la digestión se produce de manera lenta y pesada.
Hay que diferenciar entre mala digestión e indigestión. El primero se produce como un fenómeno recurrente que se repite con una cierta frecuencia a lo largo de un periodo, mínimo, de tres meses. En cambio la indigestión sucede ocasionalmente y suele durar un periodo breve, luego desaparece.
Para tener una buena digestión la pared intestinal debe encontrarse en buen estado de salud y cada enzima y su jugo digestivo ser segregados en la cantidad adecuada y en el momento preciso. Entonces los alimentos son digeridos completamente y no dejan ningún residuo tóxico que interfiere con los procesos metabólicos.
Algunos motivos de una mala digestión son debidos a nuestros hábitos. Por ejemplo:
- Masticar mal los alimentos; una mala masticación perjudica la digestión y reduce la eficacia de las otras etapas del proceso digestivo.
- Si comemos demasiado, el sistema digestivo tendrá menos posibilidades de efectuar una completa digestión.
- Una mala alimentación rica en grasas o alimentos inadecuados y pesados, también será responsable de una mala digestión.
- No se debe beber grandes cantidades junto con las comidas. El líquido diluye las secreciones (bilis, ácido y enzimas) que son responsables del proceso digestivo. Al diluir estas secreciones perjudicamos la función que cumplen.
- Comer al final del día es causa de problemas digestivos.
- Un estado de nervios y estrés perjudica la digestión.
- Ciertas enfermedades del aparato digestivo, vesícula, páncreas, ulceras gástricas, gastritis o cáncer de estomago también suelen ser motivo de una mala digestión.
- Tomar alimentos que no toleramos bien (como es el caso de la leche en algunas personas) puede ser responsable de continuas malas digestiones.
- Una de las causas principales de las malas digestiones es una incorrecta combinación de los alimentos.
- Realizar movimientos bruscos o esfuerzos descontrolados después de las comidas.
Tenemos una mala digestión cuando los alimentos no son bien absorbidos por el torrente sanguíneo. Aquí van diez causas, pero hay más.

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