Muchos años llevan los humanos intentando encontrar fórmulas para acabar con la obesidad. Recientes estudios norteamericanos sobre la obesidad han arrojado a la luz datos reveladores sobre esta pandemia del siglo XXI.

Al parecer, las llamadas dietas hipocalóricas, esto es, la reducción drástica del consumo de calorías, no ha resultado una buena fórmula para las personas con sobrepeso. Éstas esperaban, tras el esfuerzo de la dieta, una bajada rápida de los kilos de más. Al no ser así, la desmotivación era muy alta, con el consiguiente abandono al poco tiempo del régimen bajo en calorías.

La conclusión de los estudios recientes es que tan solo hay que reducir el consumo en 100 calorías diarias, lo que se traduce en una pérdida de peso considerable al cabo de unos meses. Una pérdida que, además, perdura en nuestro cuerpo con el paso del tiempo. Y eso es lo que se pretende.

Por ejemplo, si se tiene sobrepeso y se está acostumbrado a comer una chocolatina o un bollo diariamente, lo que hay que hacer es eliminar esta costumbre de la dieta. Si se quita ese dulce que usualmente se consume, se consigue una reducción de peso de unos 10 kilos en tres años. Y todo ello, con un mínimo esfuerzo.

Con los años, las personas tendemos a coger algo más de peso. Para evitarlo, también resulta muy válido este consejo, ya que contrarrestamos la merma en la capacidad del cuerpo para quemar calorías con una menor ingesta de las mismas. Y está comprobado que las personas que mantienen la línea viven más.