La nueva filosofía del bienestar se basa en expresar la armonía entre la tierra y las personas, utilizando materiales como la piedra natural, la madera y el barro cocido. Los materiales orgánicos, como la cerámica y la piedra, son ecológicos y generan vitalidad. De fácil limpieza y colores variados, proporcionan un aire natural y relajado a la casa.
La cerámica artesana es una buena elección para revitalizar nuestros baños y cocinas. Son piezas de arcilla pintadas o esmaltadas a mano, con motivos muy coloristas que dan una sensación de higiene y frescura. Es recomendable colocar cenefas sueltas combinadas con gres porque la arcilla es más frágil.
La piedra natural crea una sensación de espacio, orden y suavidad. Con pizarras cálidas y granitos pulidos podemos conseguir ambientes limpios y resistentes. Si queremos darle un estilo rústico existe el acabado envejecido, que tiene un granulado muy bonito y el desgaste embellece las losas.
Una solución para conseguir formas suaves, ligeras y con aspecto natural, es decorar con los paneles flexibles de madera, creados para adaptarse a las formas difíciles. Son paneles de lamas finas de madera, que se unen en su cara interior con tela pegada. Se utilizan para revestir paredes, biombos y muebles redondeados, con acabados en madera maciza o chapada. También pueden estar acabados en el llamado DM (es un tablero prefabricado de madera en varios sentidos, muy resistente) preparado para barnizar o recubierto de papel decorado.
El pavimento hidráulico cayó en desuso con la llegada de gres, el terrazo, etc. Su vuelta supone recuperar una tradición perdida. En el S. XIX este pavimento se impuso en la mayoría de las casas y se producía con prensas manuales en talleres artesanales.