Ubicar la máquina de coser, colocar las telas o guardarlas, poder recortar patrones, abrir la tabla de planchar, un espejo, un armario... Necesitamos saber dónde y cómo los colocaremos, pero mejor si lo podemos hacer a nuestro aire.

Para convertir un cuarto en una zona de trabajo muy cómoda hay que tener en cuenta que lo más importante es respetar los espacios mínimos para no agobiar la habitación y poder moverse con desenvoltura.

Con un tablero de aglomerado realizamos bajo una ventana de la habitación, la luz natural es un elemento básico en la zonas donde se trabaja con precisión, y pegado a la pared una encimera corrida, también le podemos colocar cuatro patas. Sus medidas serían 220 cm de ancho, 50 cm de fondo y 75 cm de altura.

En un lado de la tabla pondremos la máquina de coser y el resto servirá como zona de corte. Debajo del tablero podemos colocar cajones con ruedas o cestas de mimbre para guardar los retales, lanas y otros utensilios.

Si no queremos que se vea este espacio de almacén más o menos ordenado podemos hacer un cerramiento con dos cortinas de tela lavable y de un tono liso.

Vamos a recordar la importancia que tiene trabajar con un asiento articulado, que permita articular la altura de la silla y reclinar el respaldo, según sean nuestras necesidades.