En la columna vertebral tenemos todo el apoyo para nuestro esqueleto. Contiene en su interior la médula espinal y los nervios más importantes que nutren nuestro cuerpo.
Con unos buenos ejercicios podemos acabar con las tensiones musculares, los bloqueos en los nervios y prevenir su reaparición con una práctica constante que nos proporcione, además, agilidad. Para gozar de una espalda saludable y sin dolores, es importante mover los músculos y las articulaciones de la columna.
Unos buenos ejercicios para la columna son los que efectuamos para colgar la pelvis, tumbados boca arriba, con los brazos relajados y cerca del cuerpo abrimos las piernas hasta llegar a la anchura de las caderas, llegada a ésta la parte delantera y trasera de los muslos forman un ángulo recto. A través del tórax inspiramos profundamente.
Contraemos el ombligo hacia la columna al inspirar. Arqueamos la columna hacia arriba, primero los glúteos y después la espalda vértebra a vértebra del suelo hacia arriba. Nos arqueamos conscientes de lo que hacemos, concentrados hasta que la cabeza y los hombros sean la única parte de contacto con el suelo. Tenemos cuidado de no arquearnos demasiado hacia arriba para no cargar demasiado la vértebra cervical. Observamos si sentimos algún dolor en la zona del cuello y la nuca, si esto ocurre , paramos el ejercicio.
Con la pelvis arriba inspiramos profundamente. Al espirar, contraemos el ombligo hacia la columna y bajamos hacia el suelo vértebra a vértebra empezando desde la vértebra del pecho. Mantenemos la pelvis alzada todo lo que podemos, de modo que la columna vertebral pueda estirarse cómodamente. Llegados a éste paso respiramos de nuevo, uniformemente, hasta que se agote nuestra respiración.
Repetimos el movimiento de arquearnos y bajar de cinco a diez veces. Con este ejercicio además de ejercitar la columna al completo, estiramos y reforzamos la espalda y los glúteos así como la parte trasera de las piernas.