La elevación de la rodilla se deriva del ejercicio de la marcha. Si se practica al ritmo de una música el ejercicio sale solo. Debemos prestar mucha atención a mantenernos, incluso aunque practiquemos con música, conscientes de la coordinación de los ejercicios y no dejemos que las articulaciones se dejen llevar por acciones bruscas. Siempre que no estemos seguros, debemos practicar lentamente y de manera muy controlada.
Al principio, damos un par de pasos de marcha en el sitio. Nos mantenemos de pie y trasladamos el peso a la perna izquierda. Elevamos la rodilla derecha a la altura de la cadera.
Colocamos de nuevo la pierna derecha en el suelo, y trasladamos el peso a la pierna derecha y elevamos ahora la rodilla izquierda a la altura de la cadera.
Ahora doblamos los brazos: cuando elevamos la rodilla derecha, oscilamos el brazo izquierdo hacia la izquierda, a la altura del hombro. Flexionamos el brazo derecho y lo mantenemos delante nuestro, en el pecho.
Colocamos la pierna en el suelo de nuevo, dejamos caer los brazos y simultáneamente, oscilamos hacia la derecha con la elevación de la rodilla izquierda.
Realizamos el movimiento 8 veces sin brazos, después 8 veces con brazos. Acabando con 8 repeticiones sin brazos.