Cuando realizamos una marcha atlética nuestro cuerpo mueve todos sus músculos, despacio. A veces parece que estemos andando en el sitio, que no nos movamos, pero damos un impulso al cuerpo. Además, sirve para cargar las pilas. Cuando nos movemos descargamos adrenalina lo que produce unas buenas sensaciones que hacen que nuestra respiración sea más profunda, es como si vieramos el trayecto de nuestra sangre hacia el corazón en esos momentos.

Prestamos especial atención a que el tronco se mantenga lo más tranquilo posible durante el movimiento y no se doble hacia delante. Las caderas deben permanecer estables y tranquilas.

Adoptamos la postura inicial erguida. Con la espalda recta doblamos los brazos hacia el cuerpo. El ángulo entre la parte superior del brazo y el antebrazo debe ser de unos 90º.

Marchamos lentamente. Prestamos mucha atención a que los pies se muevan desde las puntas hasta los talones. No debemos estirar las piernas completamente. Se trata de hacer los movimientos suavemente.

Marchamos durante 1 y 2 segundos en el sítio para que nuesto cuerpo empieze a funcionar, y luego intentamos levantar una rodilla tras otra sin pausa.Con este ejercicio y este movimiento calentamos la musculatura y estimulamos el sistema circulatorio.