Economía y necesidades - Economía

martes, 13 de julio de 2010

Economía y necesidades



Las personas intentamos satisfacer nuestras necesidades y buscamos el mejor nivel de bienestar posible. Esto nos obliga a decidir continuamente la mejor manera de administrar los recursos disponibles. Pues, bien: la economía es, básicamente, el estudio de este proceso y de sus consecuencias, desde el punto de vista individual y colectivo.

La necesidad es una sensación. Sentimos que nos falta algo y queremos satisfacer esa carencia. Existen algunas necesidades básicas comunes a todas las personas. A partir de ahí, el resto son necesidades subjetivas o sociales, que dependen de cada persona y del colectivo en el que se integra.


Pero hay otro dato fundamental: el ser humano siempre quiere más. Nos creamos nuevas necesidades a medida que vamos cubriendo las que consideramos más urgentes. Es decir, que siempre estaremos insatisfechos, aunque solo sea por el deseo de poseer lo que otros tienen. La publicidad lo sabe muy bien, lo usa e incluso abusa de esa tendencia humana. Esto estimula el consumo y, en definitiva, el crecimiento económico en general.

Las necesidades primarias, como la comida, la vivienda o el vestido, no cambian demasiado a lo largo del tiempo, si lo entendemos como satisfacer el hambre, obtener un refugio y protegernos de las inclemencias. Las necesidades secundarias, en cambio evolucionan constantemente. Entre estas se encuentran las formas y matices de las primarias (gastronomía, mobiliario, moda,…), así como otras de carácter cultural, como las vacaciones, espectáculos y todo lo que ello implica.

En 1943 el psicólogo Abraham Maslow estableció una jerarquía de necesidades en forma de pirámide. En su base se encuentran las más elementales. Conforme satisfacemos esas necesidades, desarrollamos deseos más elevados. La pirámide tiene cinco niveles de necesidades: fisiológicas, de seguridad, de adaptación social, de autoestima y de autorrealización. Los cuatro primeros niveles se refieren a aquello que nos hace falta y puede ser satisfecho. El quinto nivel, que podríamos llamar “necesidad de ser”, es una motivación al crecimiento continuo.

Además de las necesidades individuales, que afectan a una sola persona, existen las colectivas. Vivimos en sociedades que crean sus propias necesidades. Y no pocas. Toda nuestra organización social y política va encaminada a cubrir esas necesidades. Así, nuestra economía personal se integra y se pierde, diluida e insignificante, en el monstruo de la economía social, con sus sistemas financieros, gobiernos, organismos internacionales, etc. ¿Nos suena el término globalización?

Actualización: hay un artículo relacionado, ¿Para qué sirve el dinero?.


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