Con el vocablo japonés "tsunami" se denomina a una sucesión de gigantescas olas de gran longitud que han sido provocadas por una alteración submarina. A su vez, esta perturbación en el fondo del mar es causada por un movimiento sísmico o terremoto.

Los terremotos pueden provocar que grandes masas de agua se vean desplazadas formándose, de este modo, grandes olas debido a la gravedad del planeta. Así, el tsunami es fuente de una bárbara destrucción, que puede transcurrir en tan solo unos minutos.

Al cabo de unas horas de haber azotado un tsunami un litoral, este puede mandar una onda expansiva a un lugar muy alejado de su zona de cercana influencia. Por otra parte, los movimientos sísmicos que se producen en el fondo del mar se pueden expandir de forma radial, en todas las direcciones y, por tanto, afectar a diversos lugares a la vez.

El tsunami es un fenómeno que se produce mayoritariamente en países con costa en el océano Pacífico. Por su frecuencia, los países ribereños tienen una red de alerta que permite avisarse entre sí en cuestión de segundos de cualquier alteración sísmica que se produzca en alguno de estos países.

Si bien los tsunamis pueden producirse en cualquier mar, es el Pacífico el océano con mayor incidencia, debido a que éste ocupa un tercio de la superficie de la Tierra y baña zonas de intensa actividad sísmica.