Desde siempre, los humanos buscamos envejecer lentamente y con calidad de vida. Sabemos que una dieta hipocalórica, de 1500 calorías, es buena para la salud y ayuda a envejecer más despacio. Para ello son recomendables los antioxidantes de las frutas, las verduras de colores vivos y los cereales integrales. Además, en la dieta es mejor el pescado que la carne. Y remojarlo con vino tinto, sin pasarse, es muy recomendable.

Cuando nos hacemos mayores necesitamos (entre otras cosas...) una dieta correcta en la que no haya lugar para la desnutrición. En nuestro tipo de alimentación no debe caber la perdida de vitaminas ni de minerales.

Con una dieta baja en calorías se reduce el riesgo de sufrir ataques al corazón, diabetes o cáncer; prevenir enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson, y que el deterioro de los órganos, que aumenta con la edad, vaya más lento. También disminuye el colesterol en la sangre.

Desde hace años se estudia la relación entre una dieta baja en calorías y la posibilidad de vivir más años. Parece ser que ya podemos decir que nuestra salud mejora y prolonga la vida. De momento, se ha comprobado en laboratorio con animales; en humanos solo se basa en estadísticas.

Comiendo muchas frutas y hortalizas, no solamente comemos mejor. Está demostrado además que mientras más estricta la dieta, y mientras antes se la adopte, más longevidad se obtiene.