Si debido a nuestro trabajo nos vemos obligados a comer fuera de casa cada día, estos sencillos consejos van a ser muy útiles y nos permitirán encontrarnos en plena forma. No debemos comer demasiado. Es suficiente un plato único que sea carne o pescado, con guarnición de verduras, terminando con fruta o yogurt. Así evitaremos la pesadez y la somnolencia.
Los platos hervidos, a la plancha o cocidos son los de mejor elección, ya que van a ser los más adecuados para nuestro organismo y son los menos pesados.
Evidentemente, nuestra comida fuera de casa es mejor sin alcohol. Un poco de vino es digestivo, pero debemos tener en cuenta que, al volver a nuestro trabajo, estaremos menos despejados y nuestra atención posiblemente sea menor.
Las salsas y las mahonesas son pesadas; por ello, lo mejor si comemos fuera de casa es aliñar las ensaladas sólo con aceite y vinagre o limón.
Una buena opción es tomar un tentempié al mediodía y hacer una comida completa cuando regresamos a casa. Podemos evitar el cansancio físico e intelectual causado por el trabajo consumiendo con frecuencia alimentos ricos en vitamina B. Es importante que comamos quesos, leche (o lácteos) y huevos.
Aunque nos guste más el pan blanco, debemos tener en cuenta que la harina, al refinarse, pierde muchas propiedades y vitaminas, como por ejemplo algunas del grupo B, que tiene el trigo integral, beneficioso en el proceso digestivo.
Algunos condimentos y especias, según nos dicen las últimas investigaciones, pueden actuar como antioxidantes, porque controlan los radicales libres y el envejecimiento; atraen las toxinas, las eliminan y, por lo tanto, retrasan el deterioro del organismo. Siempre que no tengamos problemas de estómago ni hemorroides, son recomendables.

Síguenos en Twitter
Conéctate por RSS Feed