Aunque no tengamos una barca, podemos aprovechar la riqueza del mar en la costa. Es evidente que si vamos bien equipados tendremos ventaja sobre el que lleva las manos vacías. Pero con algunos conocimientos, cualquiera puede volver de un paseo con lo suficiente para "tapear"

Sin barca podemos pescar por la playa con un sedal largo, lanzándolo cuando la marea está baja. Al subir la marea, los peces la acompañan para devorar los pequeños animales que se esconden en la arena cuando baja la marea, y que salen cuando esta sube.

Este sedal largo ha de estar anclado. Así que le ponemos una boya para que nos resulte fácil de encontrar y recoger. Debemos tener en cuenta las mareas, que se mueven por la influencia de la luna. Dos veces al mes, cuando hay Luna Llena o Luna Nueva, se producen mareas vivas y, hacia mediados del ciclo luna,r se producen mareas muertas, que son menos intensas, en las fases de Cuarto Creciente y Cuarto Menguante.

En cualquier playa encontraremos el gusano de arena que podemos utilizar como carnada. Se desentierra cuando la marea está baja, con una pala. Estos gusanos dejan unos agujeritos en la arena por los que respiran.

También podemos poner en los anzuelos como cebos lapas, mejillones, trozos de arenque, caballa o caracolillos. Las lapas hay que arrancarlas de las rocas sin que adviertan nuestra presencia, de lo contrario se "agarran como lapas" a las rocas y, entonces, solo podemos cogerlas machacando su caparazón. Los mejillones se recogen entre las rocas cuando la marea está baja.