Podemos trabajar el cuero, la piel curtida y las imitaciones teniendo en cuenta que, una vez cosidas, ya no se pueden tocar las costuras sin dejar marca; cada vez que hagamos una puntada, dejaremos agujero en la pieza. Nos preparamos todo lo que necesitamos para coser y ¡manos a la obra!.

Si queremos hacer un modelo en piel, primero deberíamos hacer una prueba de corte sobre una tela de algodón (por ejemplo, en una sábana vieja). Ahí podemos retocarlo y descoserlo cuanto haga falta antes del modelo definitivo sin provocar ningún desastre.

Para trabajar un modelo en cuero debemos tener en cuenta que este es más fino hacia los lados. ¡Ojo!, su diferente espesor nos puede cambiar medidas, romper grosores, desgarrar costuras... Si tenemos dificultad a la hora de coser el ante a máquina, podemos poner un papel de seda entre la piel y el prénsatelas, o sustituirlo por uno de teflón.

La piel de ante tiene pelo. Según su dirección puede ser más claro o más oscuro. En la misma dirección es más claro, diferente que a contrapelo, que parece más oscuro. En una pieza, el patrón se coloca respetando la dirección de arriba a abajo.

Para las piezas de piel, en algún momento se puede utilizar un pegamento especial que no se endurece y tiene la característica de conservar la flexibilidad. Podemos encontrar este pegamento en comercios especializados en trabajos manuales.

En una pieza pequeña, por ejemplo unos guantes, podemos coser las costuras a mano. Colocamos las piezas revés contra revés y añadimos 3 cm de margen para las costuras. Lo cosemos con puntos por encima o con una bastilla de puntadas cortas. Con punto cruzado (de derecha a izquierda y luego de izquierda a derecha) será más resistente.