El caballo de labor - Animales

jueves, 29 de marzo de 2012

El caballo de labor



Si se quiere hacer faena en el campo con caballos, estos, además de estar envueltos en un aire de de nobleza y belleza, han de ser corpulentos; por ejemplo, el percherón, de una tonelada de peso, que consume avena a montones y necesita los mejores cuidados.

El caballo de labor, como cualquier otro animal herbívoro, necesita al menos tres raciones de forraje al día cuando trabaja, y al menos una hora para cada una. Además, para rumiar de noche debe comer algo de heno si no está libre.


Para los caballos de labor nada mejor que una buena ración de heno, pero del bueno, ya que si es polvoriento les produce asma, si está mohoso les produce malestar, y el que tiene trébol, si es demasiado fresco y hay mucho, da a los caballos diarrea.

En verano, cuando hay buena hierba en los prados, hay que llevarlos a pastar. Pacen casi a ras de suelo; por tanto, hay que llevarlos después que las vacas han devorado la hierba más larga y exuberante, o bien limitarles el tiempo en que puedan estar pastando. Si se alimentan solo con hierba, no se fortalecen y no trabajan vigorosamente, se ponen flácidos y obesos.

En invierno, o cuando la hierba está poco crecida, lo mejor sería mantener al caballo en un establo, alimentado con heno (7 kg), avena (4 kg) y algunas zanahorias o remolachas mientras haga un trabajo moderado. Un caballo corpulento que hiciera un trabajo muy pesado necesitaría hasta 9kg de avena y 9 kg de heno. Pero nunca debemos sobrealiméntalo, ya que esto podría matarlo.

Si es un caballo pesado, que solo trabaja media jornada, nunca lo alimentaremos como si fuera de jornada completa. El heno nunca le haría daño, el cereal podría perjudicarle. Un caballo flojo, alimentado solo con hierba, no puede realizar trabajos duros, se le verá sudar intensamente. En este caso, lo mejor es hacerle trabajar un poco cada día, darle algo más de cereal en las comidas y fortalecerlo gradualmente.


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