No a todo el mundo le gusta el deporte, aunque es indudable que es fuente de salud si se practica de forma moderada. Aunque uno sea alérgico al gimnasio, hay algunas sencillas pautas, como olvidarse para siempre del ascensor, que harán que el cuerpo se mantenga en forma durante muchos años.

Tanto bajar como subir escaleras es un ejercicio aeróbico que tonifica el cuerpo y evita el temido sobrepeso sin apenas esfuerzo. Está demostrado que este fácil ejercicio mejora en pocos meses la resistencia física y reduce sensiblemente la grasa corporal.

Al bajar escaleras, un ejercicio aparentemente menos cansado que el subirlas, se utilizan muchos músculos del cuerpo. Además, al controlar la atracción que la gravedad ejerce sobre el cuerpo, se ofrece resistencia que hace trabajar más a los músculos.

Al subir escalones, nuestras piernas soportan la mayor parte de la actividad física, ya que las extremidades inferiores impulsan el cuerpo hacia arriba, a la vez que los cuadriceps, los glúteos y los gemelos trabajan de forma muy intensa.

Si la intención que se tiene es mantener o bajar el peso corporal y poner el cuerpo en forma sin invertir tiempo y dinero, aprovechar las escaleras cotidianas es un buen modo de hacerlo. Un consejo: al ver un ascensor, buscar por los alrededores las escaleras. El cuerpo nos lo agradecerá. Movemos las piernas y las caderas pero con un ritmo sostenido.