De noche, encaje y lentejuelas - Costura y artesanías

jueves, 12 de mayo de 2011

De noche, encaje y lentejuelas



El encaje puede ser de algodón, fibra sintética, viscosa, lino o lana. Lo que en un principio era un adorno para realzar dobladillos y cantos, más tarde se elevaba a complemento, en forma de cuellos, puños, o pañuelos. Desde principios del siglo XX el encaje ha conquistado la moda y su fabricación es posible con máquina.

La tela de encaje puede presentar una determinada dirección en la muestra, por lo que todas las piezas del patrón se tienen que poner apuntando en la misma dirección para cortarlas. Además, generalmente el acabado suele ser de ondas, realzando la belleza del conjunto, "porque es bonito"


Cuando el borde interior de una pieza de patrón es completamente recto, se corta colocándolo sobre el canto de ondas. Para cantos interiores, redondeados y de escote el canto de ondas se corta de acuerdo con los motivos que forman el dibujo, para coserlo después en zig-zag sobre la muestra.

Cuando los géneros son muy delicados y ligeros se pueden doblar para cortar. La tela con bordados o lentejuelas siempre es mejor cortarla desdoblada. Al pasar la tijera es difícil hacer coincidir dos lentejuelas y que no se rompan.

Para trasladar las líneas de costura no nos podemos servir de una ruedecilla dentada y papel de copia, ya que las líneas marcadas traslucirían al derecho de la tela. Lo mejor es cortar las piezas procurando que todos los márgenes rengan el mismo ancho. Podremos unir todas las piezas sin necesidad de líneas de costura y de pespuntes, siempre a la misma distancia del borde. Para marcar las pinzas o los dobleces utilizamos agujas finas y cosemos con puntadas grandes.

Planchamos el encaje siempre del revés y haciendo poca presión. Si la tela lleva cuentas o lentejuelas se debe planchar sobre una base muy mullida, por ejemplo, podemos emplear una toalla de rizo. Si es imprescindible que planchemos el encaje por el derecho, ponemos encima de la tela un paño esponjoso.

El algodón y la lana soportan temperaturas de planchado más elevadas, pero la seda, la viscosa y las fibras sintéticas se tienen que planchar con temperaturas moderadas. Las lentejuelas pierden el brillo si las planchamos a temperaturas muy elevadas. La tela necesita una prueba previa para ver como reacciona al calor.


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