Vegetación en los acantilados - Cultura y ocio, Naturaleza, Plantas

martes, 31 de mayo de 2011

Vegetación en los acantilados



A veces la costa se levanta como un muro inamovible entre el mar y la tierra. A estos murallones de roca que, como se puede ver en la fotografía, descienden verticales sobre el agua, recibiendo inaccesibles el azote de las olas, les llamamos acantilados.

El incesante martilleo de las olas no permite el desarrollo de vegetación en las partes inferiores de estas paredes rocosas. Más arriba, entre líneas que señalan los límites de la marea alta y baja, prosperan comunidades de algas marinas que viven aferradas fuertemente a la roca y se alimentan de los minerales absorbidos del agua de mar durante las horas de inmersión.


Desde el punto de vista vegetal, la zona más interesante del acantilado es aquella donde sólo alcanzan las salpicaduras de mar. Sus plantas señalan curiosamente el camino de transición hacia la típica vegetación continental.

La misma transición apuntan los líquenes de color amarillo vivo que tapizan las duras rocas del granito, expuestas a las incansables acometidas del mar.

Las grietas y fisuras del acantilado constituyen un alojamiento idóneo para las raíces de plantas superiores, capaces de soportar las salpicaduras salinas del oleaje. Tales son los lugares elegidos por el helecho marino, el llantén de mar o estrella marina y el hinojo marino. Por cierto que, este último, conservado en vinagre, puede usarse como condimento; esta cualidad le ha valido el nombre de "perejil de mar".


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