Cómo regar un jardín - Plantas

martes, 17 de mayo de 2011

Cómo regar un jardín



Sabemos que en un jardín el césped es el cultivo que necesita más agua. En su caso, el riego programado por aspersión representa la mejor alternativa. El riego por goteo, cada vez más presente y una de las opciones mas recomendables, permite la dosificación de la cantidad de agua que va a recibir cada ejemplar gracias a una mayor o menor apertura de los goteros.

Su montaje no resulta difícil, los elementos que lo forman son fáciles de encontrar en viveros o en grandes superficies, y el sistema se basa en la instalación de una tubería general plástica, conectada a una toma de agua, en la que van emplazándose los distintos ramales o microtubos que tienen los goteros en los extremos, de modo que abarcan toda la superficie a regar.


Se complementa con un programador que permite establecer las horas y la duración de los riegos, que, lógicamente se han de adecuar a las diferentes estaciones del año. Cubre las posibles ausencias por vacaciones, o a veces de tratarse de segundas residencias, garantiza las necesidades de agua del jardín.

En invierno se recomienda desmontar el programador, ya que la lluvia o un riego abundante de vez en cuando son suficiente, y evitamos que, por efecto de una helada, pueda estropearse. Regar el jardín es más descansado que regar un terreno de cultivo.

Cuando se trata de superficies no demasiado extensas, el riego con manguera puede ser una buena alternativa, pero debemos graduar la pistola para no administrar una cantidad de agua excesiva. Cada ejemplar quiere una cantidad de agua diferente, así no desperdiciamos agua. La pistola también consigue el efecto lluvia, lo que agradecen muchas especies.

Jardineras y macetas también reciben su dosis adecuada empleando una regadera, efectiva pero incomoda si hay demasiadas plantas.


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