La fiebre del running - En forma, Vida social

martes, 12 de febrero de 2013

La fiebre del running



Cae la tarde. La ciudad se ve de pronto invadida por un ejército de corredoras y corredores, armados de pulsómetros y zapatillas, rosas ellas y azules ellos. Correr de este modo se ha convertido ya en el deporte rey de la "vida fashion" en nuestra ciudad. El running, antes conocido cómo footing, está llenando los parques y paseos de deportistas ocasionales de todas las edades y condiciones.

Para evitarnos sustos, si hacemos running, lo mejor es que nos equipemos con un pulsómetro que controle nuestra frecuencia cardiaca. La podemos calcular si restamos a 220 la edad del corredor. Lo ideal es mantener entre un 60 y 70% de esa cifra para lograr el esfuerzo sostenido que supone una carrera.

La fiebre del running

Es importante llevar ropa cómoda, de un tejido que transpire y abrigue si hace frío. No hace falta que sea "de marca". Después de sudar hay que cambiar la ropa por una seca.

Las zapatillas deben respetar tu pisada según sea tu pie pronador, derrumbando el pie hacia la zona interna, o supinador, que realiza un apoyo en la parte externa. Deben estar ajustadas a tu peso y adaptadas a la superficie por la que corres. Las zapatillas de running para correr por la ciudad suelen tener unos milímetros extra por atrás; así protegemos nuestro talón de Aquiles. Es importante cambiarlas cada 1000 kilómetros.

El running es barato, fácil de practicar y no es competitivo. Además previene las enfermedades coronarias. Se debe empezar con un trote ligero y unos estiramientos. Algunos entrenadores consideran muy seriamente que, además del bienestar físico, el running actúa sobre el bienestar mental. Disminuye la ansiedad y el estrés. Con su práctica segregamos endorfinas, que se encargan de aplacar el dolor y proporcionar la felicidad.

Las carreras favoritas del running amateur son las carreras populares, donde lo importante no es ganar sino participar.


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