El recibidor es el primer lugar que vemos al entrar en una casa. Nos puede dar una idea de la decoración que vamos a encontrar en el resto de las habitaciones. El recibidor es la estancia más pequeña y con menos luz, a la vez que el lugar más importante para conocer una casa y a sus habitantes.

Hoy en día los pisos no tienen demasiado espacio y las entradas son las que pagan el pato. Los recibidores son, a menudo, una prolongación del pasillo.

Los elementos decorativos en los recibidores suelen ser útiles, los hacemos servir cuando entramos y salimos de casa. La decoración de esta zona se hace a base de arcones, zapateros, percheros, paragüeros, espejos o, incluso, armarios para guardar abrigos y ropa para salir a la calle.

Los complementos y muebles coloniales son muy decorativos en un recibidor. El banco zapatero resulta muy útil. También los pequeños sofás de forja o de madera con cojines aportan calidez al ambiente. Los cuadros que tapan los diferenciales de la luz son una buena idea, al mismo tiempo sirven para colgar las llaves en el interior.

La alfombra se ha convertido en un elemento esencial en los recibidores, tanto para decorar, como por su uso práctico. Su sitio es el centro de la estancia, próximo a la puerta de entrada, mejor que sea de un color oscuro, que se adapte a los muebles. También, si lo queremos marcar como decoración, podemos utilizar una alfombra con un color muy diferente. La resaltaremos como única decoración de la estancia.

Antes de decorar un recibidor debemos tener muy en cuenta la luz, si esta es natural o no. Estas zonas son estrechas y tienen poca luz natural. Es buena idea pintar las paredes y el techo en colores pastel que dan luminosidad.

Si instalamos vidrieras en el recibidor podemos conseguir luz natural. Si queremos ganar alzada en nuestro recibidor, lo mejor es que pongamos en las paredes papel con rayas verticales. Las líneas finas estilizan y las anchas acortan.