La leche y el queso - Nutrición

martes, 25 de enero de 2011

La leche y el queso



La leche y los lácteos en general son la mayor fuente de calcio para el organismo. Además, aportan prácticamente todos los minerales, excepto el hierro, y son muy ricos en fósforo, proteínas, riboflavina y retinol. También, aunque en menor medida, aportan tiamina, ácido fólico, niacina, vitaminas B12 y D, magnesio y zinc. Su consumo previene la desmineralización de dientes y huesos, además de evitar fracturas.

La leche es uno de los alimentos más completos puesto que contiene casi todos los nutrientes esenciales para el hombre, aunque carece de vitamina C, fibra y hierro.


El principal componente de la leche es el agua, al que le siguen la grasa, principalmente saturada y la proteína, de elevada calidad. También tiene una cantidad significativa de hidratos de carbono en forma de lactosa. Algunas personas no tienen la enzima que se encarga de hidrolizar la lactosa y padecen la denominada "intolerancia a la lactosa" que puede producir trastornos intestinales y diarreas.

Existen infinidad de variedades de quesos según la leche de origen, el contenido en agua, el porcentaje de grasa, etc. Su composición depende del grado de curación o maduración. Durante este proceso el agua y los hidratos de carbono se van sustituyendo por grasa cuya calidad es similar en todos los tipos de queso, así el valor nutritivo del queso está relacionado con su contenido en agua, ya que los nutrientes que hay en la leche, excepto los hidratos de carbono, aumentan en proporción directa con la perdida de agua a medida que el queso va curándose.

Se trata de un alimento muy completo muy rico en calcio, proteínas, fosforo, grasas y buena parte de las vitaminas de la leche fresca, incluso en mayor proporción que esta, aunque con un aporte calórico elevado.

Cada tipo de queso tiene unas ventajas determinadas. Así, los quesos con mayor aporte de vitaminas del grupo B son los quesos azules, los más ricos en calcio, fósforo y otros minerales son los curados y los más bajos en calorías son los quesos frescos.

El consumo del queso está muy identificado con épocas de crecimiento y es muy útil durante la convalecencia de múltiples enfermedades, y para las persona de avanzada edad por su facilidad de ingestión y digestión.


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