Los cuidados de un bonsái requieren contar con unas herramientas adecuadas. Para empezar es ideal contar con pocos útiles e ir aumentando la lista a medida que crezcan las necesidades. Una regadera de agujeros pequeños, un minirrastrillo de raíces, tijeras de podar y unos alicates es el equipo imprescindible.
Una vez nos hayamos familiarizado con la técnica del bonsái es preciso alambre y cortarlo con el alicate. El alambrado del bonsái permite moldearlo según la forma deseada. Teniendo en cuenta que la calidad de este árbol se mide por la relación equilibrada entre el tronco y su copa, la forma elegante de sus ramas y el desarrollo de raíces superficiales. Aprender a podar y moldear un bonsái es fundamental para conservar su buen aspecto.
Para limpiar el bonsái utilizamos un pincel seco de finos pelos, cuando acabemos lo pulverizamos con agua. Si hace mucho calor, o si hace mucho viento, lo regamos varias veces al día. Debemos retirar el alambre moldeador de troncos y ramas cuando empiece a clavarse en la madera. Es muy importante podar siempre la planta por encima de las yemas.
Evitaremos las macetas con el interior esmaltado porqué las raices no se adhieren. No regaremos nunca el bonsái bajo el sol de mediodía. Las gotas son como lupas y podrían quemarlo. Al podar el bonsái, no limpiaremos nunca las agujas en especies cómo pinos, abetos... y no vamos a abonar la planta nunca fuera de su periodo de crecimiento.