En la baja espalda encontramos un músculo energético que tiene mucha importancia en la vida cotidiana. La musculatura pélvica puede ayudar y hacer más efectivos, indirectamente, muchos movimientos: cuando nos levantamos de la silla, cuando cargamos alguna caja, al alcanzar una taza de la estantería de arriba, si vamos en bicicleta o al hacer cualquier otro tipo de deporte.
El suelo pélvico reacciona de manera natural y se puede recuperar mediante ejercicios. Así consigue realizar automáticamente todas estas operaciones de una manera adecuada y puede facilitar mucho nuestra vida.
¿Cuándo debemos contraer y relajar el suelo pélvico? ¿Qué pasa en realidad cuando un suelo pélvico reacciona de manera natural? Un suelo pélvico sano puede contraerse considerablemente, aunque también pude relajarse completamente.
Lógicamente debemos relajar este músculo cuando, por ejemplo, necesitamos ir al lavabo. Toda mujer que haya parido a un hijo afirmará que en la fase inicial facilita, si todo sale bien, la relajación de las contracciones. Pero también hay otras situaciones en las que podemos comprobar la actividad de esta musculatura: todas aquellas situaciones en las que nos relajamos "fluimos y disfrutamos", ya sea estando de pie, sentados o tumbados, y naturalmente cuando dormimos. Además el suelo pélvico es un musculo como otro cualquiera y necesita reposo para poder regenerarse.
La postura corporal vertical permite una activación óptima del suelo pélvico, hay una postura, que hace perder la tensión y la deja "fluir" correctamente: la posición curvada.
Por norma general, adoptamos esta posición instintivamente siempre que nos relajamos, sentimos o disfrutamos de algo: cuando abrazamos a alguien o cuando por las tardes nos desplomamos en el sofá, o cuando nos acurrucamos en la cama con alguien con quien nos sentimos a gusto. Todas las posiciones más bonitas y cariñosas para dar el pecho a un niño son curvadas, Las dos funciones de nuestro suelo pélvico, contraerse y relajarse,tienen su actividad en la vida diaria.
Esto significa que la actividad por un lado, así como el placer y la intensidad del sentimiento por otro lado, se sienten respaldados por la posición corporal. Seamos activos con un suelo pélvico activo y una espalda recta. Es maravilloso el podernos relajar y disfrutar con un suelo pélvico blando y una espalda curvada.