De manera periódica los fabricantes de un tipo de producto o de una industria se reúnen. En estas reuniones y durante unos días los mayoristas que son propietarios del producto, puesto que lo han comprado al fabricante o incluso a otro mayorista, los minoristas y, a veces, también el consumidor final, pueden conocer allí las últimas novedades y las gamas de productos de los distintos fabricantes. Estas reuniones son las ferias.
El mayorista, a diferencia del representante que pone en contacto al comprador y al vendedor, ha comprado el producto. Adquiere grandes cantidades que le dan posibilidades de obtener precios más bajos por parte del fabricante, lo que le permite vender más barato. Pero también corre el riesgo de no poder vender toda la mercancía y, como se dice, "tenérsela que comer con patatas"
En algunas ciudades, los comerciantes mayoristas se concentran en un barrio determinado o en una zona, y se produce la feria de ese producto en concreto.
Generalmente la feria suele abarcar varios productos y convertirse en una fiesta del lugar donde se realiza, coincidiendo con sus fiestas patronales y vinculadas a la gastronomía o relacionadas con la religión.