Cuando nos resfriamos, se producen síntomas habituales como las molestias en la garganta. También otros factores como el humo del tabaco, la contaminación del ambiente o hablar muchas horas seguidas producen irritación en la garganta.

Una afección leve puede dar paso a una faringitis, hay remedios caseros y fáciles para que no degenere en una pérdida de voz.

Por ejemplo un macerado de cebolla y limón de fácil preparación. Cortamos la cebolla en pequeños trozos y la mezclamos con el zumo de limón en un recipiente. Le añadiremos agua hasta cubrir la cebolla. Lo dejamos macerar toda la noche. Después de filtrarlo vertemos el líquido en un vaso.

Tomamos con una pajita, muy despacio, para permitir que la acción antibiótica y antiinflamatoria de esta mezcla produzca su efecto.